miércoles, 18 de julio de 2007

DESNUDO

Se ha despertado sobresaltada, intentando recuperar el sueño, y se le escapa. Quizá cuando vuelva a su interioridad, el pincel del pintor le alcance nuevamente lo soñado. Todo cuadro es un sueño desnudo y a la intemperie hecho carne en la paleta del pintor. Este es el caso de un desnudo femenino, de sábana blanca, y a la espera del nuevo sueño. Este es el caso del pintor que hurgó en la entraña del infinito para que la mujer nos despierte. Este es el caso de un color de blanca piel y de sueño blanco, aunque se esfume.
Habrá otro cuadro con la misma muchacha, los mismos sueños e idénticas fascinaciones. En realidad desnudos no hay más que uno y cada pintor lo viste según sus antojos igual que cada mirada escudriñadora la viste según sus pretensiones. Ya veremos otro sueño femenino despertando y oteando el mismo amanecer interior.

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