sábado, 4 de agosto de 2007

CORTIJOS DE NIJAR

En Nijar los cortijos son blancos, porque blanca es la luz. Desde la blancura inmaculada de la luz de Nijar se desprende el resto de los colores. Por eso, inclusuve, las sombras del color de Nijar son de una blancura que descansa a pleno sol.
La luz del sol se hace más blanca en las paredes encaladas. Los caminos avanzan hacia la luz para adentrarse luego hasta por las ventanas. Todo en Nijar es de un blancor caliente y desafiante. Todo en Nijar es para que resalte y quede a la vista de quien desee saborearlo. Hay verde y amarillo por los alrededores, pero siempre estamos a punto de que estalle el blanco inmaculado de una flor, aunque se vista de amarillo. Digo que todo conduce al blanco, pues es el color de la verdad y del que proceden el resto de las tonalidades.

Se ha quedado la cal reposando en las paredes de los cortijos mientras el sol la hace estallar desde el camino.

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